Hace poco, escuché a unos padres con niños entre 8 a 10 de edad, que hablaban acerca de lo retrógrada que será la educación a sus hijos para «impedir» en un futuro no muy lejano la posibilidad de que sus hijos queden ante una situación que no puedan manejar, haciendo mención que el embarazo a temprana edad sería lo más riesgoso que podría existir entre un mundo de posibilidades hablando en el aspecto de la diversidad sexual. Pues en efecto, el embarazo en adolescentes es un riesgo, pero olvidamos algo tan básico como las ETS, siendo uno de las causantes de una tasa de mortalidad en el mundo o peor aún, la falta de responsabilidad social o afectiva que se debe tener ante uno mismo o a los demás, considerando principalmente a nuestra pareja con la que tendremos esta relación.
Sí, la sexualidad no abarca solamente a los embarazos no planificados, también abarca una gran diversidad y es ahí, donde nos damos cuenta de varios puntos importantes. 1. Nos falta mucha educación sexual siendo este un tema importante no solo para prevenir, sino, también ayudar a disminuir casos de ETS así como, embarazos no deseados en adolescentes. 2. La educación adolescentes llevada de la mano con una responsabilidad y un plan de vida. También evitará que en un futuro, los siguientes adultos se vaya con la finta de que nada les puede pasar, ni mucho menos a ellos siendo jóvenes y bellos. 3. ¿Por qué negarle a un adolescente alto tan natural y normal que no solo se ha vuelto una necesidad básica, sino también, en un derecho iusnaturalista en marco de libre desarrollo de la personalidad? ¡Pues sí, hoy hablaremos de los derechos a la sexualidad en adolescentes jóvenes!.
Como había mencionado anteriormente, la sexualidad es un derecho humano e iusnaturalista (ius=Derecho) viendo desde la materia jurídica, pero desde el área psicológica, es una necesidad básica que no solo sirven como reproducción, sino también, un placebo en la vida, siendo esto algo tan normal pero que aún vemos con ojos cerrados o a lo que yo llamaría como «el elefante que todo el mundo ve pero nadie habla de él». Por que, en efecto, a pesar de que existe ya una cartilla completa de todos estos temas, dando mención a datos como: la libertad sexual, la libertad de la orientación sexual, libertad de la decisión autónoma e informada de nuestro cuerpo y nuestra sexualidad, liberta a disfrutar abiertamente nuestra sexualidad, libertad a manifestar públicamente nuestros gustos, derecho a la privacidad e intimidad, derecho a la decisión informada sobre nuestra vida reproductiva, entre otras más.
Entonces, si ya existe una cartilla especializada en el tema de derecho sexual en adolescentes y jóvenes adultos que nos ayudan a nuestra libertad de la toma de decisiones, además de incluir el derecho a la información actualizada, veraz, completa, científica y laica sobre la sexualidad. ¿Qué nos cuesta empezar a incluir no solo a adolescentes, sino también, a niños de temprana edad? Y no me refiero básicamente de hablar de posiciones sexuales o métodos anticonceptivos a la edad de 3 a 12 años; sino al saber que está mal si una persona mayor sea familiar o ajeno, se acerque a su cuerpo con el engaño de ser un juego, asumiendo que está bien. ¿Qué hay de malo de que un niño explore su intimidad marcando un límite en dónde puede y dónde no puede hacerlo? ¿Qué hay de malo hablar de que está bien de que no es obligatorio saludar de abrazo o beso a una persona que no le genera confianza? ¿Qué hay de malo hablarle a un niño sobre la responsabilidad sexo-afectiva, que debe tener a si mismo como en un futuro a los demás? ¿Qué hay de malo, decirle a cada parte de su cuerpo por su nombre y normalizar la salud sexual?. ¡Estas y más preguntas me vienen a la cabeza y siento que es muy importante empezarlas a cuestionar!.