Es importante aclarar que la plurisexualidad son aquellas atracciones sexuales (sexual y/o romántica) va dirigida a más de un generó y/o sexo o cuya capacidad capacidad de experimentar atracción no es determinada por cuestiones sexo-genéricas (sexo, identidad, expresión, rol, entre otras).
Algunas son:
Las cuales no son identidades esenciales, ya que también están determinados por cultura, nuestras necesidades y nuestros contextos, por ejemplo, la exposición a la información que tenemos.
Si alguien no tenía acceso a los conceptos o no se sentía del todo de acuerdo con ellos, y se encontraban con otras personas que experimentaban las mismas vivencias y maneras de atracción, podían crear su propia identidad y bandera; y si ya habían formado una comunidad (que si eres parte de la mafia del alfabeto, sabes que cada quien tiene sus cualidades culturales como lenguaje propio, chistes locales, música, etc.) y se exponían a otras existentes, no dejarían sus identidades fortalecidas y todo lo que habían construido solo porque su orientación se parecía o era igual a las de otras personas que son más conocidas.
De cualquier manera, estos procesos identitarios no son solo colectivos, también muy personales; y en vez de imponer etiquetas a otres, debemos entender sus vivencias.
¿Por qué no todo se nombra bisexual?
El paraguas bisexual se refiere a la utilización de la palabra bisexual para englobar a todas las orientaciones plurisexuales. El debate comienza cuando no todas las identidades se asumen dentro de la definición bisexual, su comunidad o las experiencias que han vivido; determinan que ese concepto no se ajusta a elles y por eso se propone la plurisexualidad.
¿Qué es el monosexismo y la plurifobia?
Monosexualidad se refiere a la atracción que se experimenta solo hacia un género o sexo, o sea, las personas heterosexuales y homosexuales. Por ende, el monosexismo se considera la estructura social que impone que todas las personas se sienten atraídas exclusivamente por un solo generó y es consecuencia de una sociedad sumamente binaria. Así que se crea la plurifobia como conjunto de creencias y conductas que rechazan, invisibilizan y discriminan a las personas con una orientación plurisexual. Algo que se debe de tomar en cuenta es que la plurisexuales son discriminades tanto por la sociedadd heteronormada como por la misma comunidad LGBTIQ+. Existe el rechazo por la creencia de que ser plurisexual es sinónimo de promiscuidad e infidelidad, pues se les considera como productos hipersexualizados que son culpabilizados por su sexualidad o meros objetos de satisfacción. De hecho, hay lesbianas que se niegan a vincularse con sáficas plurisexuales porque consideran que los hombres son portadores de ITS, y entre sáficas no pueden contagiarse por sí mismas, lo cual condena la libertad sexual, el autocuidado y romantiza el concepto de la mujer pura ignorado la salud sexual y riesgos de sexo sáfico.
También se juzga a la persona y se infiere su orientación a partir de su pareja actual o historial de relaciones sin tomar en cuenta sus vivencias o identidad. Como un currículum que tienen que validar a otras personas. Al mismo tiempo, existe un miedo a ya no pertenecer a la comunidad LGBT si no está en una relación con alguien del mismo generó. O se asumen como zonas de transición que al final llevarán a la verdadera orientación: heterosexual u homosexual.
Incluso, algunas de las orientaciones plurisexuales son tachadas de transfóbicas porque divulgan que la bisexualidad refiere solo a un hombre y mujer (considerando que las identidades de las personas trans no son reales) o que la pansexualidad distingue entre la atracción hacia los cis y los trans. Pero no hay pensamientos más sesgados que este, no hay orientaciones transfóbicas, solo personas son transfóbicas.
Descubrirse a une misme es todo un proceso a lo largo de la vida, no te apresures a tratar de encajar en una etiqueta, de hecho, ninguna es definitiva, puede que un día te identifiques de otra manera. Todas las identidades son válidas, ninguna es más importante que otra. Finalmente, recuerda que tu espacio seguro tienes que ser tú.
Artículo escrito en colaboración por Mine Zamudio y Xim Aranda.