P.S. Preguntó: Entrevista con Diego Maury

Diego Maury, Entrevista, empresario LGBT
Todos en algún momento hemos querido construir un proyecto. Crear nuestra propia empresa y emprender nuestro camino para comenzar a mejorar nuestro camino, nuestro mundo y el de los demás. Es por eso que hoy te presento a Diego Maury.

P.S. PREGUNTÓ… ¿Cómo te presentamos con los lectores?

Mi nombre es Diego Maury, soy coordinador y habilitador, empresario y, sobre todo, un emprendedor mexicano. Me dedico a la gestión de proyectos basados en innovación abierta y mi vocación es ayudar a otros emprendedores. Soy la persona que hace lo que tenga que ser hecho para que las cosas sigan adelante y salgan como deben salir. En resumen, soy la persona la que te puedes acercar para pedirle ayuda o una guía si eres emprendedor.

Y ahora lo más importante: ¿A qué te dedicas?

Soy el que hace que las cosas pasen, y me costó mucho entender la importancia de este papel. Verás, como no tengo un título universitario, durante mucho tiempo me cuestioné cuál era mi papel y en qué rol encajaba mejor. Fue entonces cuando una amiga me dijo algo que me hizo mucho sentido: «Diego, tú eres el que hace que las cosas pasen». En ese momento, finalmente lo entendí.

Damos por hecho que las cosas simplemente suceden, y cuando las cosas salen bien, pensamos que nadie hizo nada. Pero la verdad es que esto no es cierto. Siempre, siempre hay un grupo de personas trabajando detrás de escena, y sin darme cuenta, me di cuenta de que este era mi rol. Decidí que quería dedicarme a esto, ya que aquí estaba mi vocación.

¿De dónde vino el interés por dar asesorías y guía emocional para los emprendedores?

Siempre me ha gustado ayudar a los demás. Soy de las personas que piensan que el que no vive para servir, no sirve para vivir. Me di cuenta de que ayudar a emprendedores, especialmente en el ámbito emocional, me satisface y me ayuda a ser mejor.

Cuando alguien me pide ayuda o consejo, jamás me niego a dárselos. ¿Por qué? Porque en su momento, cuando yo estaba en su lugar, también necesitaba consejo o asesoría. Agradezco infinitamente que nadie me negara la ayuda que pedía. Si alguien me pedía una recomendación o mentoría, yo se la daba.

Creo que esa es la deuda que tengo con la generación anterior, y espero que esa generación también tenga esa misma actitud con la siguiente, para que de alguna manera se cree una cadena de favores.

¡Qué idea tan genial! Ahora cuéntanos, ¿Cómo ha sido tu experiencia ayudando en tantos proyectos?

Híjole, la verdad es casi irreal. La verdad es que, a veces, me detengo a pensar y a mirar hacia atrás para darme cuenta de que he logrado mucho en mis escasos 30 años. Puede que haya superado lo que mucha gente ha hecho en toda su vida. Estoy orgulloso, emocionado y todavía no me lo creo.

No creo que haya hecho nada hoy que no me guste. Claro que he tenido problemas y desacuerdos con socios y clientes, pero jamás he aborrecido lo que hago. ¡Y me fascina! Creo que es un privilegio. Me siento afortunado, ya sea por suerte, trabajo duro o lo que sea, pero lo tengo, lo agradezco y lo disfruto.

¿Ha cambiado tu perspectiva de cómo es un emprendimiento o un negocio?

Definitivamente, creo que es parte del proceso de madurar, aprender y crecer como emprendedor, empresario e incluso como ser humano. Te das cuenta de que el cambio más radical que he tenido es cuando el dinero pasa a segundo o tercer plano. El dinero no es la meta, sino la consecuencia de ser productivo y de que tu negocio realmente está aquí para crecer y solucionar problemas.

Valoras la generación de ideas y comprendes el costo que tiene implementarlas y ejecutarlas. Todas estas experiencias te moldean como emprendedor.

Como empresario, ya no se trata solo de establecer un negocio, sino de establecer un negocio para cambiar el mundo y reconocer que cada pequeña acción cuenta.

A veces es difícil mantenerse al tanto de todo lo que está pasando, pero lo importante es siempre ser fiel a tus ideales. Ser congruente con lo que piensas, predicas y reconocer que las cosas cambian. Lo peor que podrías hacer es ser testarudo y decir «no voy a cambiar de opinión». También sigo aprendiendo y eso es genial. Es increíble porque cuando aprendes algo nuevo, te emocionas y te dan ganas de seguir haciendo y aprendiendo más y más.

Háblame de tus visitas a Talent Land y otros tus participaciones de eventos para emprendedores e innovación, porque… son bastantes y creo que tienes que compartir más de esa experiencia.

He participado en eventos como Talent Land, Campus Party, INCmty, la Semana Nacional del Emprendedor y muchos otros. Estos son proyectos generados por el ecosistema, para el ecosistema, no necesariamente enfocados en negocios, pero sí en emprendimiento. Pueden abarcar varias temáticas y enfoques. Encuentros como estos son muy importantes para el ecosistema. Los considero espacios de reunión y plataformas de apoyo.

Participar en ellos es una oportunidad para conocer qué estamos haciendo, cómo lo estamos haciendo y recordar por qué lo hacemos. Siempre es un placer y un honor que me inviten a dar una ponencia en uno de estos recintos, porque me encanta compartir conocimientos y mi experiencia. Si de alguna manera puedo ayudar a los emprendedores, estaré encantado de aportar mi conocimiento

¿Algún consejo que quieras compartir con lxs futurxs emprendedorxs de México?

Creo que el consejo más honesto y concreto que puedo dar a los emprendedores es que primero acepten que las cosas están mal. El sistema en el que vivimos, la manera en que nos comunicamos e interactuamos en todos los procesos, está mal. No es posible que exista tanta desigualdad económica, social y de bienestar en nuestro mundo, y que este sea el sistema correcto. Como emprendedores y disruptores, tenemos la obligación de sentir dos emociones principales: coraje y valentía. La primera es coraje de enojo, alejémonos porque las cosas estén mal. No es posible que las cosas estén como están y que nadie haga nada. La segunda es la valentía de hacer algo, de cambiar las cosas. Sé que suena pesimista y negativo, pero necesitamos emprendedores dispuestos a cambiar el sistema si es necesario, y creo que sí lo es.

Quizá el mejor consejo sea: equivóquense, háganlo lo más que puedan. Porque tarde o temprano, se van a equivocar. Entre más rápido lo hagan, mejor. Crean que un error en un negocio puede ser muy costoso, pero a veces no cometerlo puede ser aún más costoso.

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