Según la leyenda… en el Itsmo de Tehuantepec las llamadas muxes caen del cielo; se identifican como un tercer género que San Pedro debía dejar en cada pueblo, pero al pasar por estos lares (Juchitan, Ixtépete, ixtatelpec) se le rompió la bolsa.
Algunas muxes formaban parejas monógamas con hombres y se casaban, otras vivían en grupos y algunas más contraían matrimonio con mujeres (lo cual no está bien visto) y tenían hijos.
Cabe denotar que los roles familiares de la cultura zapoteca estaban divididos: los hombres se hacían cargo de cazar, cultivar la tierra y tomar decisiones políticas, mientras que las mujeres controlaban el comercio y las decisiones económicas. Una muxe podía participar en elecciones que por lo general, se reservaban a las féminas de la familia, o como se consideraban anteriormente; “roles correspondientes a las mujeres”.
Muxe es un término zapoteca que hace referencia a un grupo proveniente de una tradición cultural de raíz indígena, famosa por su convivencia cotidiana con la diversidad sexual y que cumple con “roles femeninos” en cualquiera de los ámbitos sociales, sexuales y/o personales. En la región Zapoteca del Istmo de Tehuantepec se compone aproximadamente por la presencia de 3 mil muxes, sin embargo, se estima un mayor número en la zona de Juchitán de Zaragoza en Oaxaca.
En otras culturas han existido grupos similares al tercer género, como en el caso de los biza’ah de Teotitlán y los hijras en India.
Se podría decir que se encuentran los equivalentes de muxes en términos como: trasvesti, mujer transgénero y mujer transexual. Algunas se identifican como hombres gay y su identidad de género es masculina, pero este no quiere decir absolutamente nada, ya que ser muxe es simplemente “Un Orgullo Oaxaqueño”.
En Tehuantepec (Jiutepec) es común que muchos varones adolescentes tengan su primera experiencia sexual con una muxe porque no es socialmente aceptado que las jovencitas pierdan la “virginidad” antes del matrimonio. Sin embargo, no se permite referirse a ello como homosexualidad, sino como una simple tradición.
Hablar de la sexualidad y géneros, sigue siendo un tema tabú. A pesar de ello, a lo largo de los años, las muxes han resistido a este cultura heteronormativa, hegemónica y occidentalizada sobre la sexualidad, por lo cual, hoy más que nunca se les reconoce y visibiliza como parte de nuestra cultura mexicana diversa.