PS PREGUNTO EDUARDO DUMÁ

Eduardo Dumá, escritor y psicólogo gay de Ciudad de México, utiliza la escritura como refugio y expresión, inspirándose en su vida y observaciones cotidianas. Enfrenta retos en el ámbito editorial mexicano y trabaja en proyectos literarios que exploran temáticas LGBT+ y humanas.

Cuéntame, cuéntame, cuéntame ¿Quién es Eduardo Dumá?
Soy un chico gay que nació en CDMX en los 80, apasionado de las letras, bibliófilo que vive con Trastorno de Ansiedad Generalizada, Déficit de Atención y Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC), exactivista y promotor de los Derechos Humanos y de la salud sexual para la comunidad LGBTTTIQ+.

Por decisión, psicólogo educativo; y por vocación y pasión soy escritor de relato corto, poesía en verso libre y relatos.

¿Cómo descubriste tus talentos y tu gusto por la escritura?
Desde la secundaria encontré en las letras un refugio y un entorno donde estaba a salvo del exterior, fuera del bullying y las demandas de lo académico y estricto. Comencé leyendo libros diversos y mi clase favorita era el español, donde mi profesora detectó que tenía aptitudes para la escritura, así que comencé a participar en concursos de ortografía.

De esta manera se volvió algo recurrente poder plasmar en letras lo que pensaba, pero no en los típicos diarios, sino a partir de explorar la poesía. Hasta la licenciatura es cuando exploré el relato corto, género que me gusta mucho.

Quiero saber, y así como todes les lectores. ¿Qué significa para ti escribir? Y, ¿qué es lo que te motiva?
Escribir, para mí, significa poder tener un espacio de reflexión y de leerme a mí mismo. Es ser quien soy. Hay una película llamada Mine Vaganti en dónde el protagonista es escritor y menciona a su familia “Cuando me preguntan cómo estoy, quisiera decirles que me den un momento. Retirarme a escribir y hablar de todo lo que pienso. Porque es la forma en que puedo decir lo que siento. Quisiera dejar de ser escritor, pero no es así.” Algo parecido me es usual, escribir es la manera que encuentro para poder expresarme y que el otro entienda qué siento, qué pienso.

También es un refugio, un lugar seguro al que puedo recurrir cuando las cosas no van tan bien o afuera, son violentas y agresivas.
El silencio es algo que me motiva, el hecho de ser introvertido me llevó a buscar otras maneras de expresarme y lo encontré en la escritura. Por ello, en lo que escribo, trato de plasmar lo que veo y lo que sucede a mi alrededor.

También, el hecho de que mis profesores a lo largo de mi formación hayan encontrado “algo” en lo que escribo, como un “talento”, me ha llevado a explorar y admitir que es un arte que me gusta y quiero explotar cada vez más.
Es el medio en el que soy yo mismo.

Algo muy importante que necesitamos saber todes. ¿Cuándo y cómo fue que comenzaste a escribir?
En la secundaria, me inicié con poemas muy al estilo académico, con métricas, cuidando el verso, la rima… Fue más adelante, que decidí sumergirme en letras libres, en dónde yo pudiera encontrar mi esencia, mi yo. En este punto encontré el relato corto como un medio idóneo y en el que me siento a gusto; lo mismo hice con la poesía a través del verso libre. A veces la academia lo que hace es limitar tu creatividad y tu forma de ser y expresarte.

Cuéntame, Eduardo ¿En qué te inspiras para crear tus historias?
Me inspiro en la vida cotidiana y algunos hechos que he vivido. Por ejemplo, para este libro “Testigos Nocturnos”, no me podía quitar de la mente la canción “Hijos del Peligro” y su video, justo en un momento un tanto oscuro por el que pasaba en mi vida y con un poco de imaginación nacen las historias del libro.
Pero, me gusta observar a la gente en el transporte, en los cafés, en la calle e imaginar que es aquello que piensan o se guardan y de ahí parto para poder escribir.

También me siento que lo que escribo se encuentra atravesado por ser un hombre gay cisgénero y con ciertas condiciones de salud que han cambiado mi visión del mundo y sobre lo que me rodea.

¿Cómo ha sido tu experiencia como autor de libros en México?
Es una experiencia muy catastrófica. Por ejemplo, el hecho de que requieres “palancas” para ser reconocido o acceder a concursos. También, para publicar se requiere una alta inversión que muchas veces no nos podemos permitir.

También la falta de experiencia en publicitar o encontrar esos medios para promover el trabajo autónomo.
Y una de las condiciones más importantes, que he hablado con otros autores, tiene que ver con cómo nos perciben los lectores o amigos como lectores, en dónde consideran que nuestro trabajo debe ser gratis o “regalado”, y no logran ver todo el trabajo invertido en horas y dinero. Por ello el trabajo de escritor no es tarea sencilla.

¿Qué consejo les darías a los nuevos creadores de contenido y artistas emergentes?
La escritura es un ejercicio constante, no se puede ser escritor sin de verdad escribir diario. Crear contenido además implica responsabilidad para contigo y con el espectador/lector.

El lector confía en lo que decimos o planteamos y por ello es necesario cuidar cómo es que decimos las cosas y para qué las decimos.
Por otro lado, siempre busca redes de apoyo que te permitan promocionar tu trabajo, pero también explorar distintas maneras de llegar a publicar en distintos medios.

La única manera de darte a conocer es moviéndote.

Ahora cuéntanos ¿De qué van tus proyectos?
Actualmente, estoy escribiendo un libro de monólogos sobre el sexo gay y lo erótico. Este sigue en proceso, pero es para mí algo ambicioso que requiere diferentes disciplinas como la fotografía y el teatro. También estoy escribiendo un libro en dónde el tema central es el “suicidio”, que nace como una necesidad de encontrar respuestas, pero también de darlas a las personas que nos hemos enfrentado, a qué amigos llegan a esa decisión o sus familiares.

Pero el libro actual es “Testigos Nocturnos”, el cual nos habla de seis personas que coinciden en un lugar y exploramos cómo es que sus historias de vida, sus decisiones los han llevado a estar en ese punto.
Así vemos cómo es que logran reconciliarse, explorarse, perdonar, encontrarse y cambiar en una noche y cómo es que nosotros terminamos siendo solamente testigos, no solo de estos personajes, sino de las personas que nos rodean.

Es una invitación a reflexionar, si en nosotros, pero en los otros, en porque han llegado a dónde están y qué circunstancias los han llevado a tomar las decisiones, a los problemas o situaciones que se les han presentado.

En cada uno de estos relatos me permito explorar la vida de la gente desde el relato ficcionado, en dónde no necesariamente son situaciones que he vivido, pero que tienen mucho de lo humano y que nos llegan a identificar en diversos momentos.

“Testigos Nocturnos” habla de lo integral del ser humano y de lo LGBT+, saliendo un poco de lo sexual, en dónde hay mucho escrito sobre el tema erótico. Es un libro sobre personas solas, pero, no en soledad, sobre la tristeza, la depresión, la diversidad para explorar quién somos.

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