Estamos en la época de los derechos (o eso me gusta pensar que estamos intentando), el mundo esta comenzando a despertar en cuanto al hecho que tenemos mucho más que compartir que puntos que nos dividen. Al crecer siempre me dijeron que todes somos iguales, pero cuando de verdad creces te das cuenta de que lamentablemente las realidades a veces no son ni tantito similares, descubres que la vida es como una gran escalera donde unxs están en la cima mientras que otrxs a duras penas logran subir si quiera una escalera. Siguiendo este mismo pensamiento recuerdo que al ser peque se hablaba de los derechos de “Los Niños”, de cómo estos nos protegían y ayudaban a tener una vida digna y segura, a la par yo vivía bullying, no encajaba ni si quiera en el molde visto desde los ojos de lxs niñxs, cuando pedía ayuda lxs docentes no hicieron más que exponerme y ridiculizarme, en varios casos ni si quiera se escuchaba como me sentía; para darles un mejor panorama yo solía ser una niña de tez morena, consobrepeso, con rasgos racializados y claramente muy queer (aunque en ese entonces poco entendía del tema “vaya que se me notaba” (según me dijeron más adelante); aparentemente fui un blanco fácil).
Considero bastante injusto e hipócrita cuando desde que somos niñes se nos divide entre “quienes van abajo y quienes van arriba”, si eres una persona Cis-Hetero no necesitas preocuparte de “quien te va a gustar este nuevo periodo para encajar con la regla”, no se preocupan por que les tachen de “raritxs” por ser amanerados o tener gustos “distintos”, jamás un docente les mandaría a usar el “uniforme que realmente les corresponde” y claramente la idea de si quiera ver como tema de clase “si tus derechos se deberían permitir o anular” es algo impensable. Existen pubertades que no se viven pues como personas queer a veces somos lo que necesitamos para sobrevivir o sobrellevar las burlas, algunes de nosotres vivimos usando un “disfraz” que nos ayude a “medio encajar” y pasar una pubertad más llevadera. Cuando era peque pensaba que crecer era mucho rollo en especial por todas las etapas que pasabas, hoy comprendo que peor que “pasar esosmomentos” es justamente no tenerlos, supongo que algunes me entenderán al decir que incluso llegamos a vivir “dos adolescencias” puesto que la primera en ocasiones nos toca como la que “se espera que sea” y la segunda como realmente somos (esta claramente llega años después).
Como personas queer vivimos realidades un tanto distintas (las cuales mínimo hoy ya se están visualizando de mejor manera), es como si siempre nos hubiésemos vivido de una forma que transgredía lo establecido; naturalmente desafiar la norma supone un costo que varies de nosotrxs seguro recordamos. Repito, cuando eres una infancia se generan expectativas de aquello quepuedes (y no) hacer, al crecer íntegras esas creencias a ti y cuando nuestro cuerpo biológico se comienza a desarrollar es cuando caemos encuenta que nuestra genitalidad traza un tanto de nuestro futuro; es como si en la sociedad más que humanos fuéramos exclusivamente lo que tenemos entre las piernas. Hoy tenemos la posibilidad de nuestras historias trazar y a través de la resistencia, la educación y el valor trabajar por que” las infancias ya no tengan que resistir y vivan en un espacio donde su existencia no se tenga que debatir”. Les niñes, las niñas y los niños merecen por igual sentirse segures al jugar.