El 19 de febrero se conmemora el Día Internacional contra la Homofobia en el Deporte, en homenaje al día de nacimiento de Justin Fashanu, el primer futbolista famoso en reconocer pública y abiertamente su homosexualidad.
Homofobia contra Justin Fashanu
Justin, nació el 19 de febrero de 1961 en Londres. Desde los 17 años inició su carrera como futbolista profesional, siendo parte de importantes equipos, lo que lo llevó a ser contratado en 1981 por un millón de libras.
En 1990, colaboró con el diario The Sun en una entrevista, la cual llamaron “Estrella futbolística de 1 millón de libras: SOY GAY”. Tras su declaración, comenzó a vivir homofobia por parte de sus compañeros, e inclusive, ningún club volvió a contratarlo de forma permanente.
“El fútbol es un microcosmos: igual que hay muchos gays en la vida, los hay en el mundo del fútbol, pero debemos respetar su anonimato. Yo he sido el primero en confesarlo y eso es muy fuerte”.
Todo empeoró en 1998, cuando comenzó a trabajar en Estados Unidos como entrenador, donde fue acusado falsamente de abuso sexual. Tan sólo un mes después fue hallado sin vida en Londres, acompañado de un mensaje:
“Me he dado cuenta de que ya he sido condenado como culpable antes de comenzar el juicio. Yo no he abusado nunca de aquel joven. Finalmente encontraré la paz”.
Homofobia en el deporte en México
Tal como se menciona en el artículo “El colectivo LGTBI en el deporte como objeto de investigación sociológica”; ciertamente el deporte ha sido históricamente un lugar de dominación masculina, reservado a un único colectivo: los hombres que cumplen con los requisitos de lo que Connell (1995) denomina «masculinidad hegemónica».
Dicha dominación, explica la escasa participación de las mujeres y el rechazo de la homosexualidad en la práctica deportiva. A pesar, del cambio social experimentado en las sociedades avanzadas, el deporte sigue siendo uno de los pilares más acentuados de la dominación androcéntrica, con gran hostilidad hacia la presencia de personas de la comunidad LGBT+ en sus espacios de práctica, determinando estructural y simbólicamente la institución deportiva.
En otras palabras, el deporte ha desarrollado hasta ahora, y aún sigue haciéndolo, una función de poder y capacidad de control para el establecimiento de la categoría natural masculino y natural femenino, representando así un claro dispositivo heteronormativo.
Retomando uno de los casos más comunes, recordemos el famoso grito “eh, put*” expresado por la afición de la selección mexicana de fútbol masculino. Pese a que se prohibió, la afición sigue mencionándolo. Lo rescatable de este tema, es que la Federación Mexicana de Fútbol, ha sancionado al equipo, inclusive con partidos a puerta cerrada para que este discurso de odio no siga presente.
Legislación, campañas e iniciativas políticas sobre diversidad sexual y deporte
De acuerdo con el Congreso de la CDMX: existen diferentes campañas a nivel internacional, llevadas a cabo por asociaciones y organismos enfocados en la lucha contra la LGTBifobia en el ámbito deportivo. Una de ellas fue la conocida como “It Takes a Team!”, diseñada en 1996 por la Women’s Sports Foundation, un programa educativo encaminado a la eliminación de la homofobia en el deporte y enfocada no solo a los deportistas, sino también a entrenadores, familias y gestores deportivos.
Otra de las asociaciones pioneras fue la Canadian Association for the Advancement of Women and Sport and Physical Activity, que en 2006 llevó a cabo la campaña “Seeing the Invisible, Speaking about the Unspoken”, a través de la cual proponía diferentes planes de actuación en el ámbito deportivo.
A pesar de la lucha, la LGBTfobia induce a que las personas de este colectivo se vean forzadas a permanecer invisibilizadas y silenciadas. Esta opción de vida no es tanto una opción individual respetable, sino que a menudo representa una estrategia de supervivencia, al menos hasta que su carrera deportiva acaba. Muchas de las personas que se mantienen escondidas, huyendo del estigma que connota no ser parte de la heteronorma.
Fuente
Revista Española de Sociología (RES) 2019 © Federación Española de Sociología doi:10.22325/fes/res.2019.14